lunes, 27 de octubre de 2008

Arcángel Zadquiel

Cada día hay más interés por conocer el trabajo de los Ángeles, y esto se debe a que ellos están susurrándonos dulcemente las bellezas del mundo celestial

Están llegando a nuestros corazones para que participemos con ellos y seamos su conducto para llenar de felicidad a toda la Humanidad.

Y el Arcángel Zadquiel con su Divina Hueste Angelical, activa más su labor en esta época de transición.

Su función es tocamos tiernamente para que comprendamos que cada pensamiento, cada sentimiento, cada palabra y cada acción de nuestra vida deberán convertirse en una alabanza a Dios.

El Arcángel Zadquiel es el Arcángel de la Justicia Divina, de la Benevolencia, de la Misericordia, de la Memoria, de la Trasmutación, del Perdón de la Compasión, de la Liberación, del Rayo Violeta.

Es el Ángel de las Ceremonias, y su majestuosa Hueste responde al llamado siempre que existe una ceremonia para elevar el espíritu y dar gracias a Nuestro Creador.

El Arcángel Zadquiel se manifiesta y transmuta en ofrenda a Nuestro Padre toda nobleza que emana de nuestro corazón.

Por esto, la mejor forma de invocarlo es con pensamientos puros, intenciones nobles, palabras tiernas y actos de bondad.

Te rogamos, de acuerdo a la Voluntad de Dios y en nombre de Jesucristo, nos inundes con tu presencia y nos bañes con tu faz púrpura con fulgores de oro celestial para que aprendamos a vivir cada instante de nuestra vida en un ritual de amor a Nuestro Divino Creador.

Que tu mágica luz descienda a toda la naturaleza y a cada reino se transmite convirtiéndose en el reflejo de la gloria de Dios... limpia, purifica a todos los habitantes del planeta, que haya paz, salud, felicidad, abundancia y amor.

Gracias por concederme estas peticiones.

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