La esencia floral es un campo energético sutil, mantenido en una alcoholatura (agua-alcohol), por lo que también es correcto utilizar el nombre de "elíxir floral" en lugar de esencia, que colocado en el campo energético sutil de otro ser vivo actúa por resonancia vibracional, armonizándolo.
Sólo actuará la esencia floral que encuentre receptividad vibracional en el receptor, por lo que sí se utilizan esencias "equivocadamente", no producirán ningún efecto diferente al del placebo.
La flor posee una cualidad que está dada por la conformación electromagnética y lumínica armónica de sus partículas, que al entrar en contacto con un campo energético en desarmonía, es capaz de armonizarlo.
La flor posee una cualidad que está dada por la conformación electromagnética y lumínica armónica de sus partículas, que al entrar en contacto con un campo energético en desarmonía, es capaz de armonizarlo.
Actúa a niveles subatómicos por intercambios de luz, equilibrando y armonizando los flujos de energía de los campos energéticos a los que se les aplique su acción.
Como son tan sutiles sus efectos, estos sólo actúan a niveles de los campos energéticos sutiles y no de los densos y condensados como serían los órganos físicos. Sin embargo, al producir transformaciones de armonización de los campos electromagnéticos débiles humanos, y transformar las redes sutiles disarmónicas en flujos constantes y uniformes de energía, se evidencian efectos importantes en los estados emocionales de los humanos y animales, que puedan producir, por mecanismos humorales, cambios en el Sistema inmune (de defensa) y posteriormente en toda la materia densa, mejorando procesos orgánicos.
La esencia floral una vez incorporada en el cuerpo, gracias a su característica vibracional, entra en contacto con el cuerpo energético del paciente y viaja por él a través de los meridianos de acupuntura y se dirige a los chakras y órganos energéticos, donde producirá su efecto, que se manifestará inicialmente en los estados emocionales y posteriormente, y dentro de lo posible, en la materia.
Si bien es cierto que lo anterior es complejo, en la práctica lo que ocurre es que cada flor posee una cualidad característica, como puede ser el coraje, en el caso del Mímulo, y al ser dada a un ser con temor, éste la incorporará hasta que el coraje desplaza el temor. Supongamos que tenemos una habitación oscura y queremos iluminarla. Para ello, nos disponemos a colocar luces diferentes en cantidades pequeñas (por ser tan sutiles) hasta iluminar toda la habitación y no nos ocupamos de tratar de sacar la oscuridad, pues eso sería imposible.
Bach lo expone claramente de la siguiente manera"La prevención y curación de la enfermedad se logrará descubriendo lo que falla en nosotros y erradicando ese defecto con el recto desarrollo de la virtud que lo ha de destruir. No combatiendo el mal, sino aportando tal cantidad de la virtud opuesta, que quedará barrido de nuestras naturalezas".
Por tal motivo, la flor, al incorporar al ser una cualidad armónica, desarrollará la virtud correspondiente, con la posibilidad de retirar la actitud en desequilibrio.
La flor va haciendo su trabajo de forma lenta y pausada, incorporando una cualidad al campo energético del ser que la necesita, y produciendo, en la mayoría de los casos, un efecto silencioso, tanto que el paciente, luego de un tiempo, supone que esa característica armónica de su ser es propia y no atribuye a la flor su efecto.
Es por eso que, con frecuencia, los pacientes refieren, luego de un tiempo de toma de la esencia floral, no haber "sentido" efectos importantes atribuibles a la flor. Sin embargo, si se les interroga sobre síntomas o estados emocionales alterados que se encontraban previos a la toma de la flor, evidencian que los han cambiado, aunque no suelen saber cuándo ocurrió tal hecho, ni bajo qué circunstancia, y por tal motivo, no lo atribuyen a la acción floral.
De todas maneras, el trabajo con las esencias no descarta la acción de la psicoterapia o el trabajo personal a través de afirmaciones, meditación, etc; sino que por el contrario, es un medio de potenciación muy eficaz de los resultados obtenidos con otras terapias.
Por el hecho de ser un medicamento energético, la dosis no va a estar dada por la cantidad de sustancia recibida sino por el número de veces y la forma en que se administre, por lo que, dando más cantidad de gotas no se obtendrán más efectos de los esperados, mientras que, aumentando el número de veces, se lograrán resultados más rápidos, sin que eso signifique que sea mejor dar demasiadas veces al día.
Afortunadamente para los terapeutas y los pacientes, las esencias florales actúan muy bien sin necesidad de que se conozcan y entiendan plenamente sus mecanismos íntimos de acción, lo que no descarta que la calidad humana y la sabiduría del prescriptor interfieran de una forma muy favorable en la acción de las esencias y en los resultados clínicos.
Autor: Santiago Rojas
Como son tan sutiles sus efectos, estos sólo actúan a niveles de los campos energéticos sutiles y no de los densos y condensados como serían los órganos físicos. Sin embargo, al producir transformaciones de armonización de los campos electromagnéticos débiles humanos, y transformar las redes sutiles disarmónicas en flujos constantes y uniformes de energía, se evidencian efectos importantes en los estados emocionales de los humanos y animales, que puedan producir, por mecanismos humorales, cambios en el Sistema inmune (de defensa) y posteriormente en toda la materia densa, mejorando procesos orgánicos.
La esencia floral una vez incorporada en el cuerpo, gracias a su característica vibracional, entra en contacto con el cuerpo energético del paciente y viaja por él a través de los meridianos de acupuntura y se dirige a los chakras y órganos energéticos, donde producirá su efecto, que se manifestará inicialmente en los estados emocionales y posteriormente, y dentro de lo posible, en la materia.
Si bien es cierto que lo anterior es complejo, en la práctica lo que ocurre es que cada flor posee una cualidad característica, como puede ser el coraje, en el caso del Mímulo, y al ser dada a un ser con temor, éste la incorporará hasta que el coraje desplaza el temor. Supongamos que tenemos una habitación oscura y queremos iluminarla. Para ello, nos disponemos a colocar luces diferentes en cantidades pequeñas (por ser tan sutiles) hasta iluminar toda la habitación y no nos ocupamos de tratar de sacar la oscuridad, pues eso sería imposible.
Bach lo expone claramente de la siguiente manera"La prevención y curación de la enfermedad se logrará descubriendo lo que falla en nosotros y erradicando ese defecto con el recto desarrollo de la virtud que lo ha de destruir. No combatiendo el mal, sino aportando tal cantidad de la virtud opuesta, que quedará barrido de nuestras naturalezas".
Por tal motivo, la flor, al incorporar al ser una cualidad armónica, desarrollará la virtud correspondiente, con la posibilidad de retirar la actitud en desequilibrio.
La flor va haciendo su trabajo de forma lenta y pausada, incorporando una cualidad al campo energético del ser que la necesita, y produciendo, en la mayoría de los casos, un efecto silencioso, tanto que el paciente, luego de un tiempo, supone que esa característica armónica de su ser es propia y no atribuye a la flor su efecto.
Es por eso que, con frecuencia, los pacientes refieren, luego de un tiempo de toma de la esencia floral, no haber "sentido" efectos importantes atribuibles a la flor. Sin embargo, si se les interroga sobre síntomas o estados emocionales alterados que se encontraban previos a la toma de la flor, evidencian que los han cambiado, aunque no suelen saber cuándo ocurrió tal hecho, ni bajo qué circunstancia, y por tal motivo, no lo atribuyen a la acción floral.
De todas maneras, el trabajo con las esencias no descarta la acción de la psicoterapia o el trabajo personal a través de afirmaciones, meditación, etc; sino que por el contrario, es un medio de potenciación muy eficaz de los resultados obtenidos con otras terapias.
Por el hecho de ser un medicamento energético, la dosis no va a estar dada por la cantidad de sustancia recibida sino por el número de veces y la forma en que se administre, por lo que, dando más cantidad de gotas no se obtendrán más efectos de los esperados, mientras que, aumentando el número de veces, se lograrán resultados más rápidos, sin que eso signifique que sea mejor dar demasiadas veces al día.
Afortunadamente para los terapeutas y los pacientes, las esencias florales actúan muy bien sin necesidad de que se conozcan y entiendan plenamente sus mecanismos íntimos de acción, lo que no descarta que la calidad humana y la sabiduría del prescriptor interfieran de una forma muy favorable en la acción de las esencias y en los resultados clínicos.
Autor: Santiago Rojas
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